Esta búsqueda surge a partir de ver mi reflejo en la pantalla de la computadora. Busco mi ser o ente virtual (alterego) dentro de esa realidad intangible que nos distorsiona y a la vez nos une con otros supuestos cuerpos creando así nuevas formas de comunicación y nuevos medios expresivos. De algún modo, intento conectarme: considerarme un cyborg.
Propongo trabajar en base a la problemática del cuerpo, su manifestación y la superficie de nuestro ser. Los ángeles y demonios encarnados en el. Busco experimentar con la fragmentación de cuerpos virtuales, tratando los límites entre lo bello y lo siniestro.
¿Hasta qué punto la fragmentación del cuerpo puede ser considerado algo perverso?
¿Podemos considerar nuestra partición anatómica como algo monstruoso?
¿Dónde se encuentra el límite entre lo bello y lo feo?
Utilizo el cuerpo o figura humanoide como motor, base e hilo conductor de mis trabajos. Estos cuerpos virtuales son expuestos y representados como contenedores de vacío, que luego son encarnados con la mirada y proyección del espectador, “llenando” ese vacío. Las nuevas tecnologías y los avances en la realidad aumentada abren nuevas puertas en el campo de las instalaciones interactivas que convierten a los espectadores en partícipes activos y actores fundamentales de la obra.